Cómo han cambiado los tiempos y la tecnología. Hace años, ni siquiera podíamos imaginar tener una computadora y una cámara en un dispositivo compacto en comparación con las voluminosas computadoras y cámaras tradicionales. En este viaje a través de la historia, nos sumergimos en el primer teléfono móvil que incorporó una cámara en sus funciones y llegó al mercado.
Este hito tecnológico fue liderado por Philippe Kahn en 1997, representando una evolución y convergencia de tecnologías respaldadas por numerosas patentes. Se buscaba equiparar las capacidades de las cámaras de los años 90 mediante una integración electrónica avanzada con el teléfono, permitiendo así la miniaturización de los componentes. El primer paso en esta implementación hacia un futuro exitoso fue el desarrollo del sensor CMOS, aunque vale mencionar que no fue el primer sensor utilizado; anteriormente se empleaba el sensor CCD.
A nivel comercial, el primer teléfono con cámara fue el J-SH04, fabricado por Sharp Corporation y lanzado en el mercado japonés. En Norteamérica, este avance ocurrió en 2002 con un dispositivo fabricado por Sanyo y distribuido por Sprint. Estos equipos contaban con una serie de patentes para su funcionamiento, y fue la posterior implementación del sensor CMOS lo que posibilitó la producción en masa de este tipo de teléfonos. Esto permitió capturar instantáneas y compartir imágenes, marcando un paso agigantado hacia el futuro del incipiente internet.
Hoy en día, todos los dispositivos incorporan cámaras, e incluso múltiples cámaras. La competencia es feroz, tanto en hardware como en software. La renovación constante de modelos por parte de cada marca es cada vez más frecuente, y la calidad de la cámara en el teléfono móvil se ha convertido en un factor decisivo al momento de elegir qué dispositivo adquirir.
