El movimiento es uno de los principales motores de expresividad en la fotografía ya que los seres y objetos fotografiados a menudo están en movimiento mientras que la fotografía es eminentemente una instantánea congelada en la que nada se mueve, por lo cual es una herramienta importante dentro de la composición fotográfica; la expresión del movimiento se consigue fundamentalmente actuando sobre el obturador y el diafragma y combinando estos elementos con otros como el enfoque selectivo; los dos efectos del movimiento más habituales son:
- Congelación de movimiento, es decir, conseguir que una imagen de alto dinamismo en pleno movimiento aparezca como congelada en medio de ese movimiento, de modo que proporcione al espectador la visión de un instante que normalmente el ser humano no capta de forma separada y estática.
- Desplazamiento del motivo, es decir, ajustar un tiempo de exposición suficientemente lento en la cámara como para que el movimiento del motivo a fotografiar, que está en movimiento, aparezca desplazado movido dentro de una fotografía en la que todo lo demás aparece nítidamente no movido, del mismo modo también se puede conseguir con un barrido fotográfico perpendicular al motivo captar una instantánea en la que el motivo permanezca nítido mientras que todo lo demás en la fotografía aparezca movido, este efecto resalta de un modo espectacular el movimiento de los objetos y puede ayudar incluso a captar la atención hacia el motivo si bien su consecución requiere muchas veces de habilidad con los controles de la cámara y seguramente con un trípode.
Como herramienta de la composición fotográfica el movimiento da una libertad creativa para transmitir un mensaje dando muchas posibilidades al fotógrafo/a de experimentar diversos tipos de fotografía.
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